El Salzburgo sigue en la lucha por el título
La pesadilla de los atléticos vuelve a suceder, el Salzburgo elimina nuevamente al Atlético de Madrid. La derrota en semifinales del 2022 se repite con un 2-1 en 2025, en esta ocasión en los octavos de final en casa del Salzburgo. Lo que deja a los chicos de Luis Bueno fuera de la Youth League
Salzburgo vs Atlético de Madrid 2-1
El Atlético de Madrid pisó Alemania siendo líder de su Liga, teniendo la necesidad de conseguir la victoria, para asegurarse el permanecer en la lucha de al menos dos títulos en la temporada. En un estadio casi hasta la bandera, la sorpresa del encuentro inició con los once, estos dieron de qué hablar. Los titulares del Salzburgo, no estaban en el once y esto dejó sorprendidos a los aficionados y al cuerpo técnico del Atlético de Madrid.
Los más importantes de los locales, ausentes y ante todos un 4-2-3-1 que sorprendió a todo el mundo. Por parte de los visitantes, se planteó un 4-3-3 con dos jugadores amonestados. Esto quería decir, si pasaban a cuartos y en el partido recibían alguna tarjeta, se tendrían que perder el siguiente partido.
El balón echó a rodar y los chicos de Daniel pusieron una presión a todo campo, aquello era un tocar el balón y soltarlo. Los chicos de Luis Bueno no tenían tiempo ni para pensar, algo que se notó. Hasta en dos ocasiones hubo la duda de si el árbitro se echaría el silbato a la boca para pitar penalti. Pero finalmente las jugadas se solventaron sin pitar nada y dejando seguir el juego.
El árbitro permitió en exceso a ambos lados del campo, hasta que empezó a ver que el partido se le podía ir de las manos. Fue entonces cuando tranquilizó el encuentro, poniendo tarjetas en aquellas acciones que lo necesitaban.
Al primero que le cayó fue a David Fernández en el minuto 7. Hasta que en el minuto 19 ponía la segunda tarjeta al jugador del Salzburgo, Touré. Bien es sabido por todos, que cuando un jugador recibe una amarilla tan temprana, el jugador tiene que conseguir controlar la situación. Algo que no sucedió con el dorsal 28 de los locales, que en el minuto 36 vió la segunda del partido. Teniendo que abandonar el terreno de juego.
Una entrada con la plancha a la altura de la rodilla, provocó su segunda tarjeta amarilla y por tanto la expulsión. Lo que propició la superioridad de los atléticos en el terreno de juego, obligando a su vez a Daniel a realizar un cambio defensivo.

Daniel Muñoz y Jannik Schuster en la disputa por el esférico.@atlecioacademia
Justo cuando el Atlético de Madrid empezaba a coger aire. Tras pasar por vestuarios, apareció Baidoo para dormir a los chicos de Luis Bueno. Con uno menos y estando en el minuto 10 de la segunda mitad, apareció el delantero del Salzburgo para resolver ante portería a placer poniendo el 1-0.
Recibiendo un jarro de agua fría, los atléticos no acabaron de reponerse. Tanto fue así, que el Salzburgo siguió apretando, obligando a Fernandez a tener que gastar una falta en el área. Dando el penalti a los locales.
Una oportunidad que no desaprovechó el capitán de los alemanes, definiendo raso al lado derecho de la portería. Poniendo de esta manera el 2-0 para el Salzburgo y haciendo que un partido de pesadilla se convirtiera en un partido de ensueño.
El enfado de Luis Bueno era notorio, tanto, que se le podía escuchar como gritaba a los suyos para que dejaran de cometer errores y siguieran luchando. Desde el banquillo las directrices fueron claras. Mantener la calma era primordial, pero el irse arriba era si cabe todavía más importante. En un partido que se jugó a partido único.
Por eso, Romeo Hueso no dudó en coger el rechazo y convertirlo en una volea de escándalo. Recortando la diferencia para los suyos y celebrándolo de manera tímida, para perder el menor tiempo posible. Con el gol de Romeo, algo sucedió en el conjunto visitante que se fueron todavía más arriba, haciendo cambios ofensivos y apostándolo todo a una carta.
Por delante todavía los madrileños tenían 24 minutos para conseguir empatar el encuentro y llevarlo a la prórroga. Lo lucharon, lo intentaron todo. Pero finalmente la afición pesó más que los malos pensamientos de los alemanes. Se fueron arriba y aunque los atléticos la tuvieron, el partido murió en las botas de los alemanes que firmaron un billete para los cuartos de final.
Redactado por Pilar Pardo Moreno